La muerte era lo más fácil de dar para este (fue lo que recibió). Andaba de nuevo agitado; como de costumbre; había sido sorprendido mientras le daba el descanso eterno a otro pobre ciudadano sin dinero, sin comida, aquel que ya no tenía nada por lo que vivir; aquel que seguramente en una semana terminaría muerto de manera horrible y dolorosa por la falta de comida o perecería más rápido a causa de una enfermedad mortal, cuyo dinero no le bastaba para los medicamentos.
Evitando a sus perseguidores entró directo a un viejo hotel (aun activo, por mala suerte), donde fue reconocido de inmediato, por qué? por su máscara (la "cara" más buscada del momento), basada en los "dottore della Peste", simulando un pico de pájaro del blanco puro, con los grandes ojos rojos de cristal; de allí su conocido apodo "Dottore Plaga"; la atención del encargado quedó fija en él (y casi caía del susto al verlo), asustado (pensando que la parca había llegado?). "Qu-qué hace aquí?" fue lo único que dijo el gordo, temía por su vida (que típico), aunque, debía darse más crédito así mismo por eso, lo que se comentaba de él jamás era bueno, destacaban sus asesinatos, las pérdidas con su nombre (casi que inculparlo del hambre mundial), y tomando en cuenta que su rostro estaba esparcido por todo el país en un mar de folletos de "búsqueda y captura" (al paso que iba "búsqueda y muerte") entre los caza-recompensas y mafiosos atraídos por la recompensa... Lo reconocía, si daba miedo verlo llegar de golpe a tu hospedaje o en este caso, establecimiento.
Volviendo en sí, se dirigió al recepcionista, dejó un simple sobre en la mesa y subió las escaleras a zancadas. Muy seguramente el encargado se quedaría encantado, sabiendo que su silencio le había traído dinero de manera rápida y sencilla (Para nada útil fue en realidad). Debía salir del lugar antes que fuera descubierto por el enemigo.
Subiendo las escaleras, resonaron en sus orejas los pasos de un grupo de hombres azotando la puerta, como cualquier par de orejas de Cat (Digamos, muy buen oído) no tuvo problemas para escuchar que pasaba en la planta baja; preguntaban por él y el empleado no sabía mentir... Tuvo que apresurar el paso, si lo habían visto entrar, subirían armados y listos para atacar, se detuvo en la azotea, estaba al borde del abismo (Cuantos pisos tenía esa cosa?!), los agentes se acercaban a paso veloz y él estaba acorralado. No quedo de otra... Salto!... Y cayó en un edificio con una diferencia de tamaño no tan masivo (No se preocupe! los gatos siempre caen de pie!!), y justo a tiempo, un par de "heavy clawn"(Agentes de armaduras simulando algunas propiedades del Tipo Metal) habían destrozado la puerta de salida, lo habían visto a tiempo para seguirlo. Una persecución de techo en techo se había creado, los perseguidores como su nombre decía, llevaban una especie de guante con garras de metal, los usaban aquellos agentes con más experiencia para atrapar criminales difíciles, como él. Era una ventaja injusta, de un simple golpe con esas cosas podían romper huesos, escalar edificios a pequeños saltos o atravesar la piel de cualquier especie, una idea poco agradable.
Terminaron en los techos pobres, se detuvo volteándose hacia los viles agentes que no entendían sus acciones, viendo con firmeza a través del cristal rojo de la máscara (Qué pasaría por su cabeza?), el par de agentes llegaron en unos pocos segundos, "Alto ahí!" gritó con furia uno de ellos. Mantuvo la calma, obedeció sin mostrar oposición. Estiró sus brazos hacia delante, esperando las esposas en sus muñecas. Aquel oficial se quedó extrañado, quizás buscaba algo de pelea, pero en realidad, que importaba? sería más fácil, no?
Nunca llegaron las esposas a sus manos, a cambio de ello unos sonidos de agrietamiento se alzaron con cada paso del oficial, y como el vil perseguido esperaba, el suelo se desplomó bajo los pies de ambos individuos, un momento de confusión invadió a los agentes "experimentados". Esa caída fue dura para el agente (Y la plaga no salió tan ilesa), su propia armadura terminó clavada en su torso, su compañero del espanto fue corriendo, quizás en busca de refuerzos (Que lástima que sería muy tarde).
La plaga como de costumbre no se vio afectaba por el panorama (Podía sentir la frialdad de su corazón), ESTABA ENOJADO, ese agente le había ocasionado problemas toda la semana, no merecía morir rápidamente, debía sufrir el agonizante (Qué pasó con mi dulce plaga?)
Nadie estuvo presente ante el grito, nadie vio el arrastre del cuerpo en quejido, ya no era importante su vida o su alma, pero su cuerpo... Lo era, le ayudaría a nutrir su conocimiento en la biología, poder probar diversos químicos en el hasta verlo convulsionar hasta la muerte...
Los cadáveres se habían vuelto sus únicos acompañantes en los momentos conscientes, eran los únicos que oían sus palabras (es eso lo que él quería, estar de verdad.
Evitando a sus perseguidores entró directo a un viejo hotel (aun activo, por mala suerte), donde fue reconocido de inmediato, por qué? por su máscara (la "cara" más buscada del momento), basada en los "dottore della Peste", simulando un pico de pájaro del blanco puro, con los grandes ojos rojos de cristal; de allí su conocido apodo "Dottore Plaga"; la atención del encargado quedó fija en él (y casi caía del susto al verlo), asustado (pensando que la parca había llegado?). "Qu-qué hace aquí?" fue lo único que dijo el gordo, temía por su vida (que típico), aunque, debía darse más crédito así mismo por eso, lo que se comentaba de él jamás era bueno, destacaban sus asesinatos, las pérdidas con su nombre (casi que inculparlo del hambre mundial), y tomando en cuenta que su rostro estaba esparcido por todo el país en un mar de folletos de "búsqueda y captura" (al paso que iba "búsqueda y muerte") entre los caza-recompensas y mafiosos atraídos por la recompensa... Lo reconocía, si daba miedo verlo llegar de golpe a tu hospedaje o en este caso, establecimiento.
Volviendo en sí, se dirigió al recepcionista, dejó un simple sobre en la mesa y subió las escaleras a zancadas. Muy seguramente el encargado se quedaría encantado, sabiendo que su silencio le había traído dinero de manera rápida y sencilla (Para nada útil fue en realidad). Debía salir del lugar antes que fuera descubierto por el enemigo.
Subiendo las escaleras, resonaron en sus orejas los pasos de un grupo de hombres azotando la puerta, como cualquier par de orejas de Cat (Digamos, muy buen oído) no tuvo problemas para escuchar que pasaba en la planta baja; preguntaban por él y el empleado no sabía mentir... Tuvo que apresurar el paso, si lo habían visto entrar, subirían armados y listos para atacar, se detuvo en la azotea, estaba al borde del abismo (Cuantos pisos tenía esa cosa?!), los agentes se acercaban a paso veloz y él estaba acorralado. No quedo de otra... Salto!... Y cayó en un edificio con una diferencia de tamaño no tan masivo (No se preocupe! los gatos siempre caen de pie!!), y justo a tiempo, un par de "heavy clawn"(Agentes de armaduras simulando algunas propiedades del Tipo Metal) habían destrozado la puerta de salida, lo habían visto a tiempo para seguirlo. Una persecución de techo en techo se había creado, los perseguidores como su nombre decía, llevaban una especie de guante con garras de metal, los usaban aquellos agentes con más experiencia para atrapar criminales difíciles, como él. Era una ventaja injusta, de un simple golpe con esas cosas podían romper huesos, escalar edificios a pequeños saltos o atravesar la piel de cualquier especie, una idea poco agradable.
Terminaron en los techos pobres, se detuvo volteándose hacia los viles agentes que no entendían sus acciones, viendo con firmeza a través del cristal rojo de la máscara (Qué pasaría por su cabeza?), el par de agentes llegaron en unos pocos segundos, "Alto ahí!" gritó con furia uno de ellos. Mantuvo la calma, obedeció sin mostrar oposición. Estiró sus brazos hacia delante, esperando las esposas en sus muñecas. Aquel oficial se quedó extrañado, quizás buscaba algo de pelea, pero en realidad, que importaba? sería más fácil, no?
Nunca llegaron las esposas a sus manos, a cambio de ello unos sonidos de agrietamiento se alzaron con cada paso del oficial, y como el vil perseguido esperaba, el suelo se desplomó bajo los pies de ambos individuos, un momento de confusión invadió a los agentes "experimentados". Esa caída fue dura para el agente (Y la plaga no salió tan ilesa), su propia armadura terminó clavada en su torso, su compañero del espanto fue corriendo, quizás en busca de refuerzos (Que lástima que sería muy tarde).
La plaga como de costumbre no se vio afectaba por el panorama (Podía sentir la frialdad de su corazón), ESTABA ENOJADO, ese agente le había ocasionado problemas toda la semana, no merecía morir rápidamente, debía sufrir el agonizante (Qué pasó con mi dulce plaga?)
Nadie estuvo presente ante el grito, nadie vio el arrastre del cuerpo en quejido, ya no era importante su vida o su alma, pero su cuerpo... Lo era, le ayudaría a nutrir su conocimiento en la biología, poder probar diversos químicos en el hasta verlo convulsionar hasta la muerte...
Los cadáveres se habían vuelto sus únicos acompañantes en los momentos conscientes, eran los únicos que oían sus palabras (es eso lo que él quería, estar de verdad.
