Detrás de aquel telón rojo carmesí, de ese polvoriento escenario olvidado, yacía el mago viendo los asientos vacíos, pensando en sus días de gloria, quizás; o simplemente se preguntaba, por qué la limpieza había desaparecido? si la memoria no le fallaba como nunca lo hacía, ya hace cinco, seis meses... A quién le importa hace cuánto?, ya hace muchos meses el polvo fastidiaba los asientos y el pobre telón (tan poco mantenimiento que ya se notaba corroída la tela). Y como era obvio, no se rebajaría a limpiar las butacas (aun si el polvo molestaba su nariz), cuando él había mantenido limpio su área de trabajo, el escenario y su camerino, siempre reluciente; capaz de observar al detalle su preciada cara vegetal o simplemente mantener aseado su traje de mago (bastante anticuado, quizás del siglo XX o antes). Aun así le desagradaba la idea de ver tanto polvo a su alrededor (puede que eso es lo que espanta al público?); sin más remedio, se sentó en el suelo sin dejar de ver hacia los asientos de su antiguo público. Se dio cuenta de inmediato de lo monótona que se había vuelto su vida desde hacía tanto... Simplemente se pasaba los días observando los asientos, esperando a tener alguna visita..... Sin resultado, los últimos meses no había ni una alma más que él en aquel lugar, o eso era lo que podía recordar, cada mes se volvía más borroso (la vejez? Antes de los cincuenta?), no recordaba siquiera que en esos meses hubiese salido a hacer contacto con otras especies, o siquiera ir a comer algo, no había nada que comer en su humilde escenario; y la monotonía era tan asquerosa que el apetito se iba disolviendo con el paso de los minutos; ya hasta le costaba recordar los buenos momentos del espectáculo! Simplemente se echó al suelo... Bufando como un niño molesto.Quizás era uno de los síntomas de ser una calabaza, o eso se decía el gato, quien había asumido su papel con mucha persistencia (The Great Pumpkin's Cat, Please... Stop) Aún con su mala memoria tenía los recuerdos más destacables de este lugar, todos y cada uno de ellos pertenecían a su mente; como la vez que subía hacia los puestos V.I.P (esos que se encuentran en la parte superior del teatro, a los lados, donde la vista permite disfrutar el show en todo su esplendor), al parecer, esos escalones se habían podrido; al subir, en medio camino, uno de los escalones de madera refinada, había cedido a su peso llevándose su pierna y rajándole la piel hasta el músculo, y al tratar de sacarla terminó rompiéndola (Uuhh.. El hueso, me pregunto cómo sus gritos no llamaron la atención del exterior), algo que le hubiese dolido mucho a un ser común y anticuado. PERO NO!! LORD MAGIUS ES EL MAGO MAS EXTRAORDINARIO DEL UNIVERSO!!, capaz de igualar a Houdini! O quizás ya lo superaba al ser una calabaza! Así que no sintió ni el mínimo dolor, aun cuando tuvo que desinfectar, vendar y entablar la grave herida, antes de terminar desmallándose por la hemorragia. Estuvo levitando los tres meses siguientes... Yo tampoco caminaría con una pierna desgarrada, aunque claro, yo no tengo la magia para moverme mágicamente... Por qué no se curó? Ah cierto, no hubiese sido perfecto.
Como siempre, amaba exagerar las cosas, así que era común oírlo presumir la fuerza de la magia que poseía, aunque fuera razonablemente alta tenía problemas al momento de curarse, de crear o materializar cosas. Como la vez en la que la gula lo atacó, y decidió usar su magia para aparecer una tarta de cerezas; tenía la pinta de ser la más deliciosa del mundo, con una exquisita crema de nata, esponjosa, y llena de fresas frescas, perfecta para la vista; parecía que de un solo mordisco irías al cielo; sin aguantar la impresión del pastel, el mago le dio un enorme mordisco con todas las ganas del mundo; pero un engaño tremendo se había llevado, tenía un sabor agrio, a la vez amargo puro y crudo dejándolo tosiendo por un buen rato (y no era canibalismo que una calabaza se tragara unas fresas?).
Pero bueno, sólo hemos hablado de diversos accidentes y de cómo poco a poco perdía su memoria, siendo un mago que no tenía ni un solo recuerdo de su vida antes de los veinte años; se le calculaban entre los veinticinco y treinta, así que, veamos, busquemos algo máááásssss positivo... Qué le gusta al mago? Hmmm, CLARO!! Amaba la risa de sus espectadores, sobre todo las risas de todos los niños que se encontraban a su alrededor, vivía en un lugar muy poblado, a veces se oían sus adorables risas, cuando estaba en su camerino, ese hermoso sonido se colaba por las aberturas de la única ventana capaz de comunicar con el exterior (aunque pequeña para salir por ella, lo sé, él trató). El escenario se encontraba en el sótano de un edificio, era muy raro obtener ventanas con vista del exterior pero, así de grande es la suerte del asombroso mago!
